Ivette Sosa
Un actor con mucha chispa sobre el escenario es Pablo Cheng. Su habilidad para la comicidad y picardía han quedado de manifiesto en sus diversos y muy divertidos trabajos en televisión y teatro.
Pero cuando se le hacen cuestionamientos sobre el México actual, el histrión habla muy en serio: “Nuestro país tiene muchos problemas, por eso es que necesita de políticos que sepan dirigir el barco, que sepan establecer adecuadas políticas de Estado en beneficio para toda la población”, anota.
“México no necesita de políticos populistas, -sostiene el actor nacido un 10 de diciembre en la Ciudad de México-, porque populismo es que Andrés Manuel López Obrador, el presidente electo, ofrezca trabajo a miles de hondureños que están en caravana en nuestro país, cuando millones de mexicanos no lo tienen y se encuentran en la línea de la pobreza”.
Con 35 años de carrera artística ininterrumpida, Pablo dice que es terrible que en vez de políticos reflexivos y analíticos, de hombres de Estado, tengamos políticos que sólo están pensando en su agenda personal y de grupo, pero no visualizan el presente y futuro de nuestro país.
Por eso -lamenta-, “nuestro país está muy mal en materia política, económica, en Derechos Humanos y en Seguridad Pública. Es increíble que un ratero hoy se queje en redes sociales que los están matando y que el Gobierno no haga nada por ellos. Es una pena que en este momento haya una pugna de egos entre los políticos y no una lucha para sacar al país adelante”,
“IMPROVISAR ES UN DON”
Sobre su trabajo actoral, Pablo Cheng, quien está por iniciar temporada como la Malvada Bruja de La Semesienta, señala que la vibra y los aplausos de la gente, son el verdadero alimento para un buen humorista. Ello, “aunado a estar atentos a la noticia del día, a los comentarios de los compañeros y a las personalidades del público, influyen para sacar la ocurrencia divertida en el momento oportuno en el escenario”.
No obstante, apunta que el cómico, para llegar al gusto del público, “debe tener un feeling especial, como el buen cantante, que nace para serlo. Improvisar es un don, sobre todo cuando el público te revira y hay que tener la chispa para responder con humor, gracia y picardía”, finaliza.